RESURRECCIÓN ARTIAGA ROZALEN

Empecé la actividad el 01/11/1998 cuando mi madre, Emilia Rozalén, que regentaba la panadería se jubiló, y yo continué trabajando en la panadería y me traspasó el negocio, tanto el local, la maquinaria y, por supuesto, su excelente clientela, que fue fundamental para que mi negocio creciera hasta lo que es hoy en día.

Yo quería continuar con la panadería de mi familia e intentar mejorar el negocio. Conseguí aumentar la variedad de productos de bollería, pues antes cuando mi madre estaba al frente de la panadería hacíamos sobre todo pan, y algún día a la semana magdalenas y galletas de huevo.

Con el tiempo hemos crecido con una gran variedad de dulces: hacemos borrachos, que desde luego le hacen la competencia a los de Tarancón, además de rosquillas de naranja, pastas italianas, pastas de huevo, rosquillas de anís, magdalenas, galletas de huevo, mantecados, dulces sin azúcar, integrales…

El hecho de producir esta variedad de bollería nos ha permitido crecer y seguir en el mercado, pues solo con la elaboración de pan, hoy en día no podríamos subsistir.

De mi pueblo me gusta La tranquilidad y la libertad que te ofrece un pueblo pequeño, pues la calidad de vida es excepcional.

Sin estrés, sin  prisas, y con la confianza de conocer a toda la gente.